Este trastorno, al contrario que los anteriores, está más presente en hombres que en mujeres.
Las manifestaciones que este trastorno puede tener son:
- Excesiva actividad deportiva: para conseguir aumentar su musculatura.
- Comer en exceso: se consumen carbohidratos y proteínas en exceso para conseguir subir de peso, y aumentar la masa muscular. Además se reduce el consumo de lípidos.
La vigorexia, por consiguiente, a menudo cursa con trastornos alimenticios y con un cuadro obsesivo-compulsivo.
Las principales consecuencias de este trastorno son:
- Aislamiento social: esto se debe al carácter obsesivo que desarrollan por obtener un cuerpo físicamente perfecto, pasando largas horas entrenando en el gimnasio y realizando ejercicio físico.
- Alteraciones metabólicas: con el fin de ganar masa muscular, muchos consumen esteroides anabolizantes, además de la ingesta inadecuada de nutriente en la dieta.
- Consecuencias físicas: el exceso de actividad física puede producir daños en la musculatura, articulaciones y tendones.
Los principales factores desencadenantes de la vigorexia son: sociales, culturales y educativos.
Por ello, el tratamiento para este trastorno está centrado en modificar la conducta y los pensamientos que se tiene sobre su propio cuerpo mediante una terapia cognitivo-conductual. De esta manera se puede trabajar sobre la autoestima, la imagen corporal y la conducta con respecto a las horas dedicadas a la actividad física, la mala alimentación y el consumo de anabolizantes.
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