miércoles, 25 de noviembre de 2015

ATAQUES DE PÁNICO

Un ataque de pánico se conoce también como un trastorno de pánico o crisis de angustia, y consiste en un fuerte temor, malestar, inseguridad, acompañado todo de una sensación de riesgo inminente. Es un tipo de trastorno de ansiedad y es repetitivo ante el miedo de algo que va a suceder.
Las causas que producen un trastorno de pánico se desconocen, aunque se piensa que puede ser hereditario, debido a algunos genes que pueden desempeñar un papel importante a la hora de desarrollar este trastorno, aunque puede darse en personas que no tienen ningún antecedente familiar.
Los ataques de pánico tienen su punto álgido a los 10-20 minutos de haberse producido, y pueden durar una hora o más.







El riesgo más grande de los ataques de pánico es que puede llegar a confundirse con un ataque cardíaco.
Las personas que han sufrido ataques de pánico suelen tener temor y miedo de sufrirlo de nuevo.
Para que se considere un ataque de pánico, la persona debe haber sentido al menos 4 de los siguientes síntomas:

  • Dolor torácico o molesta en el pecho.
  • Desmayo o mareos.
  • Temor y miedo a morir.
  • Miedo ante la pérdida de control o ante una muerte inminente.
  • Sensación de asfixia.
  • Sentimientos irreales o de separación.
  • Nauseas.
  • Entumecimiento de las extremidades (en especial de las manos y de los pies) y de la cara.
  • Palpitaciones y un aumento de la frecuencia cardíaca.
  • Dificultad para respirar, sofocos, mareos, sudoración, incluso escalofríos.
  • Estremecimiento o temblor.

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