Las causas que producen un trastorno de pánico se desconocen, aunque se piensa que puede ser hereditario, debido a algunos genes que pueden desempeñar un papel importante a la hora de desarrollar este trastorno, aunque puede darse en personas que no tienen ningún antecedente familiar.
Los ataques de pánico tienen su punto álgido a los 10-20 minutos de haberse producido, y pueden durar una hora o más.
Las personas que han sufrido ataques de pánico suelen tener temor y miedo de sufrirlo de nuevo.
Para que se considere un ataque de pánico, la persona debe haber sentido al menos 4 de los siguientes síntomas:
- Dolor torácico o molesta en el pecho.
- Desmayo o mareos.
- Temor y miedo a morir.
- Miedo ante la pérdida de control o ante una muerte inminente.
- Sensación de asfixia.
- Sentimientos irreales o de separación.
- Nauseas.
- Entumecimiento de las extremidades (en especial de las manos y de los pies) y de la cara.
- Palpitaciones y un aumento de la frecuencia cardíaca.
- Dificultad para respirar, sofocos, mareos, sudoración, incluso escalofríos.
- Estremecimiento o temblor.
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