Es importante intentar prevenir el bullying y la violencia
en las aulas a través de la educación y de las relaciones entre la escuela y la
familia. En la mayor parte de los casos las causas están en esos entornos y es allí mismo donde
hay que intentar atajarlas.
Prevención en las escuelas: Cómo comenzar
En primer lugar se debería evaluar la prevención en la propia escuela y los esfuerzos de
intervención en cuanto a la conducta del alumno, incluidos la violencia y el
consumo de sustancias. Determinar la
frecuencia de los casos de acoso, dónde ocurren, cómo intervienen los
estudiantes y los adultos, y la eficacia de sus esfuerzos de prevención.
Comprometer a padres y jóvenes
Es vital que todos en la comunidad trabajen para enviar
un mensaje unificado contra el acoso. Para ello una idea es realizar una campaña para que los padres, las escuelas y los miembros de la comunidad conozcan los
objetivos. Se trataría de un comité de seguridad escolar o grupo de trabajo para
planificar, implementar y evaluar sus programas de prevención del acoso en la
escuela.
Elaborar políticas y normas
Otra mediada sería elaborar un código de conducta,
normas para toda la escuela y un sistema de informes sobre el acoso. Las mismas
establecen un ámbito donde el acoso no es aceptable. Difundirlo y comunicarlo ampliamente es también importante.
Creación de un entorno seguro
Desarrollar una cultura escolar de aceptación, tolerancia y
respeto. Se puede usar las reuniones del personal, juntas, clases y reuniones de padres,
los boletines informativos para las familias, el sitio web de la escuela y el
manual del estudiante para establecer un ámbito escolar positivo. El objetivo es consolidar las
interacciones y las inclusiones sociales positivas.
Educar a los estudiantes y al personal escolar
Para ello es de utilidad elaborar material de prevención contra el acoso en el
plan de estudios y las actividades escolares. Capacitar a los maestros y al
personal sobre las normas y políticas escolares es así mismo recomendable.
Instar a los niños a hacer lo que les gusta
Ayudar a los niños a participar en actividades, intereses y
pasatiempos que les agraden. Los niños pueden realizar trabajos voluntarios,
practicar deportes, cantar en un coro o unirse a un grupo juvenil o club
escolar. Estas actividades permiten que los niños se diviertan y conozcan a
otras personas con los mismos intereses. Pueden desarrollar la confianza y
generar amistades que ayuden a proteger a los niños del acoso.
Dar el ejemplo de cómo tratar a otros con amabilidad y
respeto
Los niños aprenden del ejemplo de los adultos. Al tratar a
otros con amabilidad y respeto, los adultos demuestran a los niños que no hay
lugar para el acoso. Aun cuando parece que no prestan atención, los niños
escuchan cómo los adultos manejan el estrés y los conflictos, y cómo tratan a
sus amigos, colegas y familiares.
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