Nunca antes en la historia del hombre hubo tal cantidad de información accesible a la casi totalidad de la población. Las
tecnologías de información y comunicación (TIC) y el acceso a
Internet son consumidas por adolescentes en grandes cantidades
(algunas encuestas sitúan el número de horas ante el ordenador,
videojuegos, móvil, DVD y TV en siete horas al día o más). Los
problemas que nos preocupan de esto son sobre todo el acoso
telemático, la adicción y el acceso a la pornografía, dando lugar
en ocasiones a una sexualidad banalizada, machismo y violencia, que
puede hacer mucho daño a los jóvenes.
Las
redes sociales nos han ayudado a ampliar el mundo de los contactos,
las comunicaciones, saber cosas de personas lejanas y compartir
experiencias instantáneamente.
Pero a la vez surgen varios problemas como son el vacío legal que existe, los contenidos dañinos y el fácil acceso a información que para muchas personas puede resultar perjudicial para su la salud.
Los jóvenes son más propensos a ser influenciados rápidamente
por las cosas que leen o ven por Internet. En este caso vamos a hablar de pacientes con un problema existente como es la anorexia y bulimia, que describimos en entradas anteriores. Estos enfermos encuentran en las redes sociales una especie de
refugio, en el cual se sienten comprendidos e identificados por otros
usuarios, con quienes comparten experiencias, formas de no comer o
vomitar, modos de engañar a los familiares.
En
el 2012 una conocida red social como es Instagram incluyó en su lista de etiquetas prohibidas las
ligadas a estos trastornos alimenticios como #probulimia,
#proanorexia, #loseweight, #thinspo, #thinspiration, etiquetas que
dejaron de ser aptas. Sin embargo se ha creado una nueva moda
de etiquetas “ana” (anorexia) y “mia” (bulimia), que generan nuevas etiquetas creando un ya
conocido lenguaje propio de estas pacientes: purge (purga, vomitar),
ED (eating disorder, desorden alimentario) o edwarriors (soldados o
luchadores de los ED). Existen datos alarmantes que indican que hay cerca
de dos millones de publicaciones etiquetadas con el hashtag #ED, dos
millones y medio con #anorexia y casi cuatro millones detrás de
#ana y #mia.
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