lunes, 30 de noviembre de 2015

TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA Y NUEVAS TECNOLOGÍAS

Nunca antes en la historia del hombre hubo tal cantidad de información accesible a la casi totalidad de la población. Las tecnologías de información y comunicación (TIC) y el acceso a Internet son consumidas por adolescentes en grandes cantidades (algunas encuestas sitúan el número de horas ante el ordenador, videojuegos, móvil, DVD y TV en siete horas al día o más). Los problemas que nos preocupan de esto son sobre todo el acoso telemático, la adicción y el acceso a la pornografía, dando lugar en ocasiones a una sexualidad banalizada, machismo y violencia, que puede hacer mucho daño a los jóvenes.
Las redes sociales nos han ayudado a ampliar el mundo de los contactos, las comunicaciones, saber cosas de personas lejanas y compartir experiencias instantáneamente. Pero a la vez surgen varios problemas como son el vacío legal que existe, los contenidos dañinos y el fácil acceso a información que para muchas personas puede resultar perjudicial para su la salud.
Los jóvenes son  más propensos a ser influenciados rápidamente por las cosas que leen o ven por Internet. En este caso vamos a hablar de pacientes con un problema existente como es la anorexia y bulimia, que describimos en entradas anteriores. Estos enfermos encuentran en las redes sociales una especie de refugio, en el cual se sienten comprendidos e identificados por otros usuarios, con quienes comparten experiencias, formas de no comer o vomitar, modos de engañar a los familiares.

En el 2012 una conocida red social como es Instagram incluyó en su lista de etiquetas prohibidas las ligadas a estos trastornos alimenticios como #probulimia, #proanorexia, #loseweight, #thinspo, #thinspiration, etiquetas que dejaron de ser aptas. Sin embargo se ha creado una nueva moda de etiquetas “ana” (anorexia) y “mia” (bulimia), que generan nuevas etiquetas creando un ya conocido lenguaje propio de estas pacientes: purge (purga, vomitar), ED (eating disorder, desorden alimentario) o edwarriors (soldados o luchadores de los ED). Existen datos alarmantes que indican que hay cerca de dos millones de publicaciones etiquetadas con el hashtag #ED, dos millones y medio con #anorexia y casi cuatro millones detrás de #ana y #mia.

Se suman a esto las fotografías de cuerpos esqueléticos, trucos para adelgazar, consejos para ocultar la enfermedad a los padres…Esta red social, por encima del resto, se ha convertido en un patio de recreo de pacientes con trastornos de la conducta alimentaria. Desinformación incontrolada, con falsos mitos y datos incorrectos altamente peligrosos para la salud y para un correcto desarrollo físico y emocional.
Hay consejos básicos que deben conocer los padres para poder informar a sus hijos que cada vez más precozmente pueden acceder a redes sociales sin suficientes garantías para su intimidad y seguridad.




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