La cocaína desborda ya las rutas de la fiesta y se ha
convertido en una droga casi tan fácil de conseguir como el hachís, superando a
la heroína en la demanda de tratamientos de desintoxicación.
Diferentes estudios muestran que su consumo crece de forma
alarmante entre los jóvenes de 14 a 18 años y que la edad de inicio es cada vez
más temprana. En apenas 10 años el consumo se ha multiplicado por
cuatro, y España ha pasado a ser el país de mayor consumo de cocaína de la
Unión Europea, disputando el primer puesto mundial a Estados Unidos.
El mayor
incremento se produce entre los adolescentes: el 7,2% de los jóvenes de entre
14 y 18 años declara haber consumido cocaína en el último año, y los ingresos
hospitalarios han pasado del 26% de todas las urgencias por drogas al 49%.
Complicaciones a nivel psicológico
- Fuerte dependencia, incluso tras períodos de consumo no demasiado largos.
- Un síndrome de abstinencia caracterizado por la presencia de un estado de ánimo disfórico, somnolencia, fatiga, irritabilidad, etc.
- Trastornos de la atención y la concentración.
- Trastornos del sueño (insomnio, exceso de sueño, etc.).
- Trastornos psíquicos severos (ideas paranoides, depresión, agotamiento general, crisis de angustia, ideas suicidas, etc.).
Complicaciones orgánicas
- Cardiovasculares: taquicardias, arritmias, cardiopatías, colapsos circulatorios, infarto de miocardio, etc.
- Neurológicas: dolor de cabeza, hemorragias cerebrales, interrupción brusca de la actividad cerebral, crisis convulsivas, alteraciones motoras (tics, dificultades de coordinación), etc.
Complicaciones derivadas del consumo habitual
La mayoría de los adolescentes que han consumido cocaína
manifiesta haber sufrido consecuencias negativas derivadas del consumo,
principalmente dificultades para dormir, irritabilidad, fatiga o cansancio, problemas
económicos y tristeza o depresión.
- Problemas respiratorios (irritación de la mucosa nasal, perforación del tabique nasal, etc.).
- Falta de apetito y pérdida de peso.
- Fallo renal agudo.
- Alteraciones menstruales, infertilidad e impotencia (dificultades para la erección y eyaculación).
- Complicaciones obstétricas: abortos espontáneos y toxicidad sobre el feto.
- Complicaciones hepáticas, etc.
Problemas sociales
- Conflictos familiares.
- Fracaso escolar (debido al deterioro del rendimiento intelectual y escolar).
- Problemas legales derivados de la comisión de delitos (tráfico de drogas, robos, etc.) o por peleas y agresiones.
- Problemas económicos al tener que dedicar grandes sumas de dinero a financiar el consumo.
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