sábado, 12 de diciembre de 2015

CANNABIS, MÁS PELIGROSO DE LO QUE CREEMOS

Cannabis sativa es una especie herbácea con propiedades psicoactivas. Se trata de una planta anual originaria de Asia, cuyos usos van desde la aplicación textil o alimentaria en el caso de las variedades sin contenido de THC («cáñamo»), hasta como sustancia psicoactiva en las variedades bajo los nombres de marihuana (cogollo) o hachís (su resina). Debido a sus propiedades psicoactivas, es una de las pocas plantas cuyo cultivo se ha prohibido o restringido en muchos países.



Es empleada, en su forma natural, para el tratamiento del glaucoma, asma, cáncer, migraña, insomnio, náuseas y vómitos asociados a la quimioterapia anticancerosa, esclerosis múltiple, molestias ocasionadas por neuropatías periféricas y demás padecimientos neuromusculares.

El cannabis lejos de ser una droga inocua, produce efectos adversos a corto medio y largo plazo en ocasiones muy graves. El estudio "The Party is Over" publicado en el Journal of American Academy of Child and Adolescent Psyquiatry, hace una observación a lo largo de 10 años concretando que hay evidencias científicas de que el uso temprano y regular de cannabis tiene efectos negativos posteriores en el funcionamiento psicosocial y en la psicopatología.
Describe un aumento de los cuadros depresivos, de conductas suicidas y patología psicótica. y se admite la posibilidad de un adelanto de la aparición de Esquizofrenia.
Tetrahydrocannabinol

El cannabis es la tercera droga de consumo entre los jóvenes después del alcohol y el tabaco, y las pautas de consumo han variado: de un consumo esporádico y en pequeña cantidad se pasó a consumos diarios en algunos casos muy altos.




Este consumo nocivo que deteriora la capacidad de atención, el interés por el trabajo, desánimo y pérdida de capacidades de la normalidad social; además muy frecuentemente se usa en combinación con otras drogas lo que acrecienta sus efectos perjudiciales.

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