Cannabis sativa es una especie herbácea con propiedades
psicoactivas. Se trata de una planta anual originaria de Asia, cuyos usos van desde la
aplicación textil o alimentaria en el caso de las variedades sin contenido de
THC («cáñamo»), hasta como sustancia psicoactiva en las variedades bajo los
nombres de marihuana (cogollo) o hachís (su resina). Debido a sus propiedades
psicoactivas, es una de las pocas plantas cuyo cultivo se ha prohibido o
restringido en muchos países.
Es empleada, en su forma natural, para el tratamiento del
glaucoma, asma, cáncer, migraña, insomnio, náuseas y vómitos asociados a la
quimioterapia anticancerosa, esclerosis múltiple, molestias ocasionadas por
neuropatías periféricas y demás padecimientos neuromusculares.
El cannabis lejos de ser una droga inocua, produce efectos
adversos a corto medio y largo plazo en ocasiones muy graves. El estudio "The
Party is Over" publicado en el Journal of American Academy of Child and
Adolescent Psyquiatry, hace una observación a lo largo de 10 años
concretando que hay evidencias científicas de que el uso temprano y regular de
cannabis tiene efectos negativos posteriores en el funcionamiento psicosocial y
en la psicopatología.
Describe un aumento de los cuadros depresivos, de conductas
suicidas y patología psicótica. y se admite la posibilidad de un adelanto de la
aparición de Esquizofrenia.
Tetrahydrocannabinol |
El cannabis es la tercera droga de consumo entre los jóvenes
después del alcohol y el tabaco, y las pautas de consumo han variado: de un
consumo esporádico y en pequeña cantidad se pasó a consumos diarios en algunos
casos muy altos.
Este consumo nocivo que deteriora la capacidad de atención,
el interés por el trabajo, desánimo y pérdida de capacidades de la normalidad
social; además muy frecuentemente se usa en combinación con otras drogas lo que
acrecienta sus efectos perjudiciales.
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